niveles bajos de perdón, y una base familiar rota.
En mi caso a veces pienso que Dios me ha abandonado sin embargo la presencia de Dios es increible aunque no lo podamos ver o mas bien darnos cuenta.
Todas las mañanas al abrir los ojos veo la puerta de mi cuarto y curiosamente veo una cruz enorme iluminada, a veces son noches sin sueño, sin descanso, con escenas perturbadoras que me hacen despetar y sentir la necesidad de un abrazo gigante y que alguien me diga Fabio! todo va a estar bien! no temas!
pero no hay nadie en mi cama, sin embargo veo esa enorme cruz, y siento como se llena mi alma, incluso puedo dirigirme hacia ella en mis pensamientos y decirle gracias por todo.
Llego al trabajo y aunque a veces no llevo ánimo, no voy descansado o no he desayunado, mis manos logran curar dolor, hacer que alguien vuelva a comer, a veces pienso cuando termino a un paciente temprano; "vaya a casa, ya puede desayunar" porque a veces ni ánimos tengo de yo desayunar.
Mi trabajo me ha dado grandes satisfacciones desde ver una sonrisa, alguien que ahora puede comer, quitar dolor, hasta mejorar completamente la vida de alguien, y aun asi me he sentido sin Dios.
Pero ahora le digo a Dios que gracias por darme esos dones, gracias por estar conmigo cada mañana, gracias por ésta pandemia que me ha pegado demasiado, gracias por los sentimientos que me mandas y me haces sentir, prometo cuidar todo lo que pongas en mi vida, con todo mi ser y sobre todo que a tu llamado estaré listo siempre.
Ya no soy Hombre de Poca Fe
Fabio Augusto Arriaga Serrano
20 de agosto de 2020
6:17 AM