martes, 26 de enero de 2016

El viaje

Un viaje cuando eres niño parece una aventura, algo por descubrir, pero a la vez hay miedo, miedo porque no sabes que hay a donde vas, lo único que te da seguridad es ir de la mano de alguien... tus padres.

Hace un tiempo emprendí un viaje, y les contaré que llevaba en mi equipaje.

Iban las maletas llenas de recuerdos, risas, alegrias, llantos, tristezas y amarguras, traté de llevarme lo más indispensable, asi como se lleva una chamarra, me abrigué con su figura, y para caminar entre el pasto utlizé su aroma, porque ese pasto sabia que iba a ser cruel, cruel porque a cada pisada me lastimaría, quizá no tanto como  si frialdad o su desprecio, y eso si, tampoco olvidé mis gafas, esas que me ayudaron a ver todo con claridad, las que me abrieron los ojos y pude ver todo de la manera que nunca pude, una gorra para taparme del Sol, sí el sol de sus ojos que aun no olvido, y menos la lluvia , la lluvia que muchas veces cayó de sus mejillas.
El equipaje aun no estaba completo, me faltaba mi peine para darle forma a mi cabello, ese cabello que fue muchas veces despeinado por ella, que fue acariciado y tambien criticado, una toalla para secar mi cuerpo, secarme su sudor, su lluvia, su néctar, un jabon para borrar recuerdos, recuerdos que se olvidan facil pero se borran nunca, por ultimo entre lo básico coloqué mi loción, esa que la hacia vibrar de tan solo recordarla.

Me encargué de poner fotos en la maleta, cartas, regalos, palabras, mentiras, risas falsas, y toda su hipocresia, y me lleve las maletas al horizonte, ese viaje es uno de los más memorables, pues viajé a mi verdadero ser, y todo mi equipaje por error o acierto lo dejé en una barranca dondé espero lo desaparezca la tierra, por ultimo se que el regreso será lento pero ya casi llego y vengo lleno de cosas nuevas de ese viaje, pero que creen? a ella no le traje nada de mi viaje....

Fabio Augusto Arriaga Serrano